Nosotros

Detrás de Casa Balaguer estamos Marta y Andrés. Nos conocimos estudiando enología en la Universidad Politécnica de Valencia, y desde entonces compartimos una misma idea: que el vino más puro nace de una tierra viva. No queríamos hacer solo vino. Queríamos crear un lugar, un ecosistema. Un espacio donde la naturaleza, los animales y las personas conviviesen en armonía. Así nació este proyecto, que con los años se ha convertido en nuestra forma de vida.

Empezamos en 2008 con una pequeña nave en un polígono industrial de Villena, unas pocas hectáreas y muchas ganas. Con el tiempo, ese primer paso se transformó en algo mucho más grande, en nuestro proyecto de vida. Fue en 2018 cuando pudimos adquirir una finca del siglo XIX, que recuperamos poco a poco hasta convertirla en lo que es hoy en día Casa Balaguer. Un rincón del Mediterráneo interior donde las viñas crecen sin prisas, los animales campan libres, y cada botella refleja el alma del lugar de donde proviene.

Nuestro día a día gira en torno a un objetivo muy claro: elaborar vinos y aceites de oliva ecológicos y biodinámicos que hablen de nuestro origen, nuestras creencias y nuestra forma de entender el campo. Trabajamos con variedades locales, respetando los ciclos naturales y apostando por una agricultura regenerativa y autosuficiente. Porque lo que nos mueve no es solo hacer productos de calidad, sino hacerlos de forma responsable.

Queremos que nuestra finca sea mucho más que un lugar bonito. Soñamos con convertirla en un verdadero vergel lleno de biodiversidad y vida, un referente de sostenibilidad, un modelo de cómo la agricultura, puede ser productiva, rentable… y a la vez, respetuosa con el planeta.

Hay cosas que nos definen y que no estamos dispuestos a negociar:

· Sostenibilidad real, no de etiqueta. Cuidamos la tierra, el agua y el aire con prácticas ecológicas y biodinámicas certificadas.

· Calidad sin atajos. Cada paso, desde el viñedo hasta la botella, lo hacemos con mimo y transparencia.

· Autenticidad sin filtros. Trabajamos con variedades tradicionales y técnicas heredadas de generaciones ancestrales, algunas de ellas de miles de años atrás, como los Fenicios y los Íberos, sin dejarse llevar por disfraces ni por modas.

· Respeto absoluto por los animales. Muchos han sido rescatados y hoy forman parte esencial de nuestro ecosistema.

De la Viticultura Ecológica a la Biodinámica: Un Camino de Evolución y Conciencia.

Después de años cultivando bajo criterios de viticultura ecológica, respetando la vida del suelo, evitando productos químicos y protegiendo la biodiversidad, comprendimos que podíamos ir más allá. Esto nos impulsó a dar un paso más profundo: transformar nuestro viñedo en un verdadero organismo vivo, en equilibrio consigo mismo y con su entorno.

Así fue como conocimos y abrazamos la agricultura biodinámica: una forma de cultivar en la que el suelo, las plantas, los animales, los seres humanos y las fuerzas cósmicas interactúan armónicamente. Inspirada en las enseñanzas de Rudolf Steiner (1861–1925), filósofo, científico y pensador austríaco, que fue el creador de la agricultura biodinámica, una forma de cultivar que ve la finca como un organismo vivo, en equilibrio con los ritmos de la naturaleza y del cosmos, y en profunda conexión con la salud del suelo, las plantas, los animales y el ser humano. Esta práctica integra el conocimiento agrícola con una visión espiritual del mundo natural, entendiendo que todo está interconectado y que los ritmos del cosmos influyen directamente en la vitalidad de la vid.

Hoy, cultivamos nuestra finca alineando nuestras labores con los ciclos lunares y planetarios, aplicando preparados biodinámicos elaborados a base de plantas, minerales y estiércol, y enriqueciendo activamente la biodiversidad: plantamos distintas especies, fomentamos la vida microbiana del suelo, y favorecemos un ecosistema donde cada elemento tiene su función y su valor.

¿Por qué nuestras certificaciones importan?

En Casa Balaguer llevamos más de 10 años trabajando bajo auditorías, inspecciones y controles exigentes. No porque nos guste complicarnos la vida, que también, sino porque creemos que la transparencia es la base de la confianza.

Estamos certificados oficialmente en Agricultura Ecológica por el CAECV (Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana) y en Agricultura Biodinámica por Demeter, el organismo internacional más riguroso en este tipo de cultivo.

Y esto no es solo un sello bonito en la etiqueta. Es el resultado de un compromiso real. Significa que lo que hacemos en nuestra finca, desde el abono que usamos, hasta cómo tratamos el suelo, la viña, el agua, los animales, incluso los trabajadores, está sometido a los más altos estándares de sostenibilidad, salud y respeto.

Además, somos una de las pocas bodegas españolas que forman parte de la Renaissance des Appellations, un colectivo internacional que defiende los vinos con alma, honestos y profundamente ligados a su origen.

Por eso, formar parte de La Renaissance des Appellations no es un simple mérito. Es una responsabilidad. Y también, un orgullo.

Este grupo internacional, fundado por el viticultor y referente Nicolas Joly, reúne a viticultores de todo el mundo que comparten una misma convicción: que el vino debe ser una expresión sincera del lugar del que proviene, y no un producto uniformado que responde a modas o manipulaciones.

Somos una de las 11 bodegas españolas que han sido aceptadas como miembros. Y créenos, no se entra ahí solo con una solicitud. Se entra con hechos, con trabajo riguroso y con conciencia. Y, sobre todo, con una filosofía clara: que el verdadero origen no se impone con una etiqueta, se conquista con la autenticidad.

Somos una de las 11 bodegas españolas que han sido aceptadas como miembros. Y créenos, no se entra ahí solo con una solicitud. Se entra con hechos, con trabajo riguroso y con conciencia. Y, sobre todo, con una filosofía clara: que el verdadero origen no se impone con una etiqueta, se conquista con la autenticidad.

La Renaissance des Appellations defiende eso:

· Vinos que nacen de suelos vivos, no de fórmulas
· Viticultores que entienden la tierra como un ser vivo, no como una fábrica
· Una manera de hacer vino donde la biodinámica no es una moda, es un compromiso

Estar ahí significa que no estamos solos. Sino que formamos parte de una comunidad internacional que lucha por preservar lo que de verdad importa:
la identidad de los lugares, la salud de la tierra y la honestidad del vino.

Podríamos haber hecho las cosas de otra manera. Pero elegimos este camino. Más largo, más exigente, pero infinitamente más coherente con lo que creemos.

Esto es Casa Balaguer. Una bodega, sí. Pero sobre todo, una forma de entender la vida.

¿El resultado?

Vinos más puros, con menos residuos, más expresivos y con mayor vitalidad.

Vinos que sientan bien porque están hechos sin químicos, sin aditivos innecesarios y desde un ecosistema que se regenera solo. Vinos que no solo respetan tu salud, sino que también cuidan la del planeta. ¿Estás listo/a para probarlos?

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