La primera vez que vienes, lo notas al bajar del coche: el aire huele diferente. Huele a campo, a tomillo, a tierra viva. Suena el viento entre las viñas, pero puedes escuchar el silencio. Sí, el silencio también se escucha, y se siente. Suena el canto de las aves, las que viven y las que sobrevuelan la finca. Y todo este silencio se trunca, cuando asomas por nuestra puerta. Es entonces cuando nuestras escandalosas ocas te reciben con alegría, haciendo sonar sus potentes graznidos avisándonos de tu presencia. Y es entonces cuando entiendes, que esto no va a ser solo una visita a una bodega.

La experiencia en Casa Balaguer no es una visita guiada más. No vienes a escuchar un discurso memorizado, ni a pasear por la bodega detrás de alguien que no conoce casi de lo que habla. Aquí te lo contamos nosotros, en primera persona. Marta y Andrés, los que estamos cada día y nos manchamos las manos de tierra, y de vino.

Caminas entre viñas, conoces a las burras Carlota y Margarita, a nuestras cabras Mireia y Brilli-Brilli, a las gallinas y por supuesto a nuestras ocas. No están ahí como parte del decorado. Son parte del equilibrio natural de este lugar y forman parte de una granja agrícola viva, ecológica, biodinámica, donde cada ser aporta y nada se deja al azar.

Y mientras avanzas, te explicamos cómo aquí se cultiva sin herbicidas, sin pesticidas, cómo la luz del cosmos también influye en la planta…Te contamos que debajo de tus pies hay suelos de millones de años. Gravas, margas y arenas, donde alguna vez fluyó un río, y que todo eso sí, todo eso impronta el vino.

Visitas la bodega. Una sala con tinajas de barro hechas a mano, depósitos de cemento que respiran, damajuanas que guardan luz y vino. Entras en la casa Modernista, con suelos originales del siglo XIX. Un espacio lleno de energía, donde cada baldosa tiene historia.

Y después, el momento esperado: una copa en la mano. Un solo sorbo, y de repente, todo lo que has visto, pisado, tocado y vivido, lo encuentras dentro del vino. Así, sin filtros, sin artificios.

Aquí entenderás el significado real del producto local. Qué hay detrás de un aceite de oliva ecológico, de un vino elaborado sin maquillajes, con uvas que nacen en suelos llenos de vida.